
El significado de “Hurt” en la voz de Johnny Cash: una canción que trasciende al dolor físico y emocional, transformando una versión de Nine Inch Nails en un testamento musical sobre la soledad, la memoria y el ocaso de la vida. Un retrato sincero de la oscuridad que habita más allá de los demonios.
“Hurt” es una canción que interpretó Johnny Cash poco antes de su muerte. Era una versión de la original compuesta por Trent Reznor, líder del grupo Nine Inch Nails. Siempre tuve problemas con el inglés; me cuesta bastante, y aún hoy entiendo muy poco cuando alguien habla rápido. Tal vez sea una excusa, pero eso me permitió darle otro sentido a muchas canciones. A veces, cuando escucho una canción muy buena en inglés, prefiero no saber su traducción. Así fue con Hurt.
Esta canción tenía algo en la voz de Johnny Cash que no tenía la versión original. Él le añadió una capa de oscuridad que solo puede expresar alguien que ya ha vivido demasiado. Su voz ronca, triste, incluso cansada, y la elección de los instrumentos, llevados a lo clásico, convierten acordes sencillos en una experiencia cruda, íntima y profundamente emocional. Sin saber exactamente de qué trataba, yo ya la sentía así: triste, dolorosa, cansada. Y así decidí recordarla, expandiéndola hasta donde mis emociones me lo permitieran.
Hace poco, hablando sobre por qué esta canción fue elegida para el tráiler de la película Logan, la última de Wolverine en ese entonces, decidí buscar su traducción.
“Cuando era pequeño, nos hacían temer al diablo, a los demonios, a los fantasmas. Eran quienes podían robar tu alma en un segundo. Bastaba una aparición para llevarte de este mundo a otro, para robarte lo mejor de ti o tentarte. Eso te contaban. Pero al crecer, al ver el mundo con otros ojos, todo eso se convierte en un relato vacío. Una metáfora útil para controlar a un niño. Y no estoy en contra de la religiosidad, sino de cómo nos la enseñaron. Porque llega un momento en que uno empieza a tener miedo de otras cosas… cosas que van más allá de los demonios.”
La canción dice:
«Hoy me herí
Para ver si aún siento.
Me concentro en el dolor,
La única cosa que es real.»
Un hombre que luchó toda su vida contra adicciones, contra el dolor, contra sus propias decisiones… a los 71 años canta: “Hoy me herí, para ver si aún siento.” Quizá, al sentirse tan cerca de la muerte, lo único que podía hacer era centrarse en el dolor para saber que aún estaba vivo. ¿Qué tan roto debes estar para desear el dolor como único ancla a la existencia?
Las canciones no siempre reflejan la vida del que las canta, pero a esa edad ya no estás tratando de complacer a nadie. No buscas redención, no buscas fama. Solo quieres cantar algo que te represente. Y eliges decir que, a pesar de haber alcanzado cosas inmensas, lo único que te queda es el dolor.
«Trato de eliminarlo todo
Pero recuerdo todo.»
La memoria se vuelve un castigo. Quieres olvidar, pero lo recuerdas todo. Ya no queda nadie. Tus seres queridos se han ido. Tu historia, antes gloriosa, se deshace en las manos.
“Mi imperio de suciedad”, dice.
Todo lo construido parece ruina. No importa cuánto hayas ganado, cuántas canciones hayas grabado, cuánto hayas amado. Si al final lo que queda es un trono vacío, una corona de espinas sobre mentiras acumuladas.
“Usaré esta corona de espinas
Sobre mi trono de mentiras.”
Hurt no habla de demonios externos. Habla del peor de todos: el que vive dentro, el que sobrevive al éxito, al aplauso y a las luces. Ese que te recuerda quién fuiste… y quién no volviste a ser.
Yo he compuesto pocas canciones, pero sé que a veces se escriben pensando en uno mismo, en alguien amado o en alguien imaginado. Pero estoy seguro de que ni siquiera Trent Reznor, cuando escribió Hurt, podría haber imaginado un retrato tan perfecto de Johnny Cash. Tanto así, que el propio Reznor confesó:
“Esa ya no es mi canción.”
Cash estaba en sus últimos días. Su interpretación no hablaba de redención ni de fe. Hablaba de aceptar que incluso el alma más dura se desgasta, que incluso los gigantes se sienten solos. Su voz no venía de una herida abierta… venía de una que nunca cerró.
“Tú podrías tenerlo todo,
Mi imperio de suciedad.
Pero tenlo por seguro…
Te va a decepcionar.”
Y así entendí que mi interpretación original —aquella que había creado sin saber inglés— se quedaba corta. Porque el arte, cuando es profundo, transforma el dolor en verdad.
Y a veces, esa verdad duele más que cualquier demonio.
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